Huelga General , YA.

Por sus mentiras, por su descrédito, por su ineficacia, por su perfidia, por sus ofensas, por su cinismo: Huelga General.

No será posible empeorar la gestión, ningún gobierno de incapaces podrá hacerlo peor, fuesen los que fuesen, de la índole que quisieran, no es posible empeorar esto, si acaso igualar, pero un desastre de este calibre y con el añadido, aunque en orden inverso, de sus falsedades es del todo insuperable.

Mientras callan apestosamente los sindicatos y las gentes se arremolinan en las colas de las oficinas del paro, que no sirven sino para entretener a otros miles de funcionarios, estos del gobierno nos hacen creer que su ineptitud es culpa nuestra porque no consumimos productos españoles, porque gastamos demasiado petróleo, compramos pocas casas, vamos poco al cine español, no seleccionamos las basuras, pegamos a las mujeres , compramos juguetes chinos y ropa italiana, viajamos a Suiza y no a Sierra Nevada y varias afrentas más que ahora no detallo.

Es el momento de una HUELGA GENERAL como señal de que los españoles estamos vivos y sabemos cómo y cuando nos han engañado, que sabemos como nos han MENTIDO de forma reiterativa y falaz, cómo los costos de mantenimiento de una casa se han disparado, la electricidad de facto ha subido, por mucho que nos digan más mentiras, casi el 50 % y eso es demostrable en el mismo instante que se vea el recibo del año pasado a uno de este y el clamor de las gentes de las calles no es una quimera, esas mismas gentes que en una catarsis inexplicable vuelven a votar a estos canallas que nos gobiernan mientras la oposición patalea sin demostrar que tiene la fuerza y coraje suficientes para transmitir emociones e ilusión.

Y mientras, los sindicatos de trabajadores UGT y CCOO se arrastran ante el poder porque este poder los ha comprado con dinero sucio, dinero que huele a impuesto revolucionario para el silencio.
No es soportable por más tiempo esta situación en la que un gobierno vive ajeno, en su burbuja de trajes de Armani y fondos de armario ofensivos mientras las calles se llenan de gentes en paro y con el sentimiento de que su vida laboral ha acabado.

Nunca, nunca antes España se ha visto tan cerca del precipicio y con unos gobernantes tan mezquinos e incapaces, que en su enrocamiento se ciegan y pretenden empujarnos para acompañarlos en su propio suicidio.