La algarada de Granada



Vienen estos pacifistas de botella en mano, ropa sucia, (como si las ideas se riñieran con la limpieza) ágrafos los más, ineptos para tantas cosas menos para beber e insultar y con el pretexto de que han matado los contrarios a uno de ellos debe pagar el pueblo llano todas sus correrías y sus conductas cretinas. ¿ Qué mejor manera de hacer valer sus derechos que aplastar los de los demás..? Es esta la generación que está formando el partido socialista ( ya ni obrero ni español ), generación que con un poco de suerte quemará iglesias o sinagogas, ahora que ya hay judíos en España, lo de las mezquitas no está muy claro, porque eso sería fuego amigo, tal vez fusile o queme vivos, como hicieron sus abuelos, a curas, monjas o gente con patrimonio, cuya maldad es manifiesta, podrán entrenarse destruyendo lo que queda de patrimonio artístico, que las catedrales o museos son muy grandes y tienen muchas cosas todas para uso y disfrute de la derecha burguesa. La batalla de la que hablo tuvo lugar ayer en Granada, en el corazón mismo de la ciudad, luego pude ir a ver los resultados y comprobé hasta donde llega la inteligencia de estos miserables: escaparates destrozados, muebles urbanos por los suelos, gente atemorizada ante la chulería con la que se envalentona la chusma, vidrios y demás comprobantes de su grado de civismo, bebido todo en la fuente generosa que les está proporcionando este partido socialista.
Y todo como consecuencia de la muerte de uno que era un santo como hemos podido comprobar en todos los blogs, en sus escritos y en sus fotografías, si serán idiotas que les gusta dejar su patente para que cuando lo cuenten y sus colegas no se lo crean, poder justificarlo, su palabra es poco.
El otro día murió un descerebrado a manos de otro descerebrado, este último aún sin confirmar, porque no he visto sus fotografías con los trofeos ni tampoco he leído sus escritos fascistas como los del joven libertador muerto. Queda la duda razonable de un encuentro casual o riña callejera, que no le quita nada de responsabilidad al llevar una navaja en el bolsillo; todos no vamos armados. ¿ Ahora seguimos esperando que nos apalicen cuando les parezca..? ¿ podremos mirar con tranquilidad los ojos de un necio de estos que se creen en la necesidad de salvar al mundo a fuerza de latas de gasolina y conflictos contínuos ..? ¿tendremos que esconder nuestro criterio, antagónico al suyo, sólo porque ellos tienen la fuerza y un estado que parece que los cuida con cierto mimo..? Esta es la sociedad que quieren hacernos vivir, la del miedo, la venganza, la discordia, el insulto y la ofensa, algo que me suena mucho en la historia, los judíos ya la vivieron de últimas en Alemania, antes, aquí mismo, entre tantos. Pero cuidado, esos palos se pueden tornar lanzas.