15 noviembre, 2008

Se nos hunde la memoria


He viajado estos días por ciudades del interior de España, ciudades medias, alguna capital de provincia, y compruebo con desolación cómo se están quedando vacías; los que viven en las grandes ciudades no se percatan de ese hecho, que los que vivimos en ciudades medias o pequeñas lo percibimos día a día.

Las ciudades y pueblos se nos hunden. El abandono de esos interiores es imparable , las gentes preferimos vivir en cuadras, en colmenas, aborregados, con tal de poder aparcar en la puerta un coche que no da la libertad que nos vendían porque esa libertad la da el tiempo y eso no se compra, prefieren ese tipo de vida al de las zonas históricas, cascos que se han deteriorado de forma imparable pero que en muchos casos mantienen aún el calor que proporcionan los siglos.

¿ Qué es lo que hace pensar a la gente que un coche en la puerta es signo de libertad ? porque en los cascos históricos eso no es posible y sin embargo la vida se disfruta con otra cadencia.

¿ Porqué los grandes centros comerciales se han desplazado a las afueras ? simplemente allí ganan más, no hay otras razones, el ocio de la gente está ya programado, ver como se divierten durante tres o cuatro horas en esos lugares programados para ese efecto es algo que me revuelve, eso es ocio a toque de tambor como en los barcos del medievo, a esta hora podéis disfrutar gastando, mirando, deseando, no hay paseos por entre piedras que se formaron con sangre y tiempo, los cascos históricos cada día quedan para ser enseñados, los que quedan, pero ausentes de vida porque los comercios allí mueren porque las gentes no viven ,y esos comercios sin gentes no son nada y esas calles sin comercios menos todavía y así cerramos ese círculo que ningún político se atreve a atrapar.

Las grandes ciudades están algo ajenas a este ciclo decadente, pero, sin ir más lejos, Jaén, ciudad preciosa donde las haya, se hunde desde su interior mientras hacen abominables bloques en las afueras, como Jaén, Granada o Ávila o Zamora o tantos pueblos del interior peninsular que se están muriendo entre la desidia de unos y la indiferencia de los otros.

¿ Cuesta tanto recuperar a esas gentes para que vuelvan a dar vida a esos cascos históricos a los que muchos de ellos hemos visto morir en el transcurso de nuestras vidas después de tantos siglos funcionando de forma perfecta..? Es tomar una decisión. Pero se ve que los políticos de estos tiempos ya no quieren ser recordados por sus actos y buena gestión, prefieren que las riquezas de su patrimonio perduren varias generaciones mejor que su memoria, porque ni su memoria lo hará ni tampoco las nuevas construcciones que sólo se hacen para una generación , la siguiente deberá demoler y volver sobre lo andado. A esto le llaman en Andalucía " Modernización ", ya vamos por la segunda, la tercera no la resistiremos. Una pena.

12 comentarios:

Irene Adler dijo...

Buen post. Saludos.

Iojanan dijo...

Gracias Morgana, a muchos nos duele que los pueblos u ciudades pequeñas se diluyan entre cemento y medianía.

hasbarah dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
hasbarah dijo...

Es verdad, las pequeñas ciudades solo se tienen en cuenta en época electoral cuando los pocos votos que aportan al sumarse pueden hacer una diferencia.
Pero no es un fenómeno español. En América Latina es moneda corriente y a nadie le interesa.
Muy bueno el post Iojanan, me he reincorporado al vicio de Internet :)
Gabriela

elbosquefantasma dijo...

me he recordado caminando por Granada, o Teruel. Buen post. en todo esto las personas salimos perdiendo. Cuantos han dejado sus barrios y han buscado "calidad de vida" y hasta para comprar el pan tienen que cojer el coche.

ANA dijo...

Un tema exquisitamente tratado en la película italiana "Cinema Paradiso" de Tornatore, ganadora al Oscar a la mejor película extranjera en 1989. Creo que es natural irse, conocer, crecer, y no siempre es natural volver, aunque luego se sea extraño en todas partes. ¿Es posible elegir o sólo somos una "hoja en la tormenta de la vida"? Este post es un precioso homenaje a las raíces de los que han nacido en los sitios propios, los que han preferido crecer en el lugar donde los puso la vida y al que siempre pertenecerán, aunque no siempre vivan en él. Los que se quedan mantienen encendida dentro de sí una luz para no olvidar su historia y su pasado, una luz más fuerte que las de las marquesinas de las ciudades modernas, que así como se encienden con el tiempo también se apagan. Saludos Iojanan.

Iojanan dijo...

Gracias Gabriela, ya te sigo desde hace días, bien sabes que se te echaba de menos. Bien hallada. Supongo que el tema es general pero es una pena que no se intente poner remedio y se opte por lo más fácil, mucho más fácil, como es hacer nuevo y malo.

Iojanan dijo...

Es a todas la ciudades pequeñas a las que este fenómeno les es común, qué decir de Teruel, hermosa como pocas, o Soria y los pueblos son una sangría. Saludos.

Iojanan dijo...

Apreciada Ana, creo que entiendes perfectamente el mensaje que procuro. Claro que lo que se pretende es mantener esa luz con nuestro pasado, esa persistencia en no aceptar que lo que hay no es necesariamente mejor que lo que hubo y que cultivando lo que tuvimos cultivamos la memoria. La gente que hemos salido de ciudades pequeñas mantenemos, o lo procuramos, con más fuerza que los de las grandes urbes, ya más diluídos, esas constantes referencias con nuestra memoria que se pierde entre piedras, historias, estrecheces, por qué no, y si queremos, saturaciones, pero lo que predomina de todo es la memoria, el saber que vienes de allí, de un punto concreto.
Has definido perfectamente. Gracias.

Neguev and me dijo...

Muy buen post amigo, como nos tiene acostumbrados, se expresa con tal claridad, que el lector es capaz de reconocer sus pensamientos. Quiero, sin embargo, ser la voz discordante:)Y voy a romper una lanza por la urbe, la ciudad, la modernización y todo lo que significa en conjunto como diferente de lo rural. Y eso porque me pasa un poco como a Woody Allen, que prefiere ahogarse con los humos que expelen los tubos de escape, y tener al alcance de la mano, taxis, exposiciones, cines, teatros y todo lo que la ciudad, algunas mas desastres urbanístico que otras, son capaces de ofrecer al ciudadano.
Le propongo una pequeña reflexión. ¿Dígame desde cuando el judaísmo es urbano y no rural?

Iojanan dijo...

Por descontado, Neguev, que se comprende que estéis los urbanitas, como es tu caso, pero mi insistencia en lo perdido de los pueblos y pequeñas ciudades va más en la pérdida que a su vez ocasiona en la memoria. El abandono de costumbres de siglos, de trazados también seculares que repercutirán en esa memoria que hablo, memoria que no tiene por qué estar ausente en las grandes ciudades, sólo, como dije, que se diluye.
En cuanto a la pregunta estoy deseando leer también la respuesta. Espero. Saludos

ANA dijo...

Hola Neguev:

Tu pregunta: "Le propongo una pequeña reflexión. ¿Dígame desde cuando el judaísmo es urbano y no rural?"

Es para reflexionar encontrar la respuesta correcta: me parece que desde que pudieron elegir.

Creo que como cultura el judaísmo se inclina al pensamiento abstracto, de hecho grandes pensadores han sido judíos. En su larga historia hicieron todo tipo de trabajo: rurales, manuales, comerciales y amanuenses del poder de turno, todo lo hicieron para poder sobrevivir, porque en general su actividad estaba limitada en todos los países donde pudieron asentarse. Hicieron lo que pudieron pero no creo que hayan tenido oportunidades para elegir, excepto ahora con la creación del Estado de Israel. Aunque tuvieran territorio creo que no elegirían una vida rural.

Te cuento dos historias:

*Un amigo mío era ingeniero pero también engarzador de joyas, su padre le había inculcado que siempre podría defenderse en la vida con una actividad manual. Pero su elección fue la ingeniería.

*A fines del siglo XIX en Argentina hubo una gran inmigración de judíos rusos que, huyendo de los pogromos, se asentaron en el interior del país para trabajar la tierra. Vinieron sin nada y nada encontraron aquí más que libertad y la tierra. No fueron rechazados, se incorporaron al lugar, se instalaron con sus costumbres y cultura. Florecieron sus sinagogas y bibliotecas. Hoy quedan allí muy pocos, los que cuidan el pedazo de su historia que dejaron, la mayoría estudió y se fueron a las grandes ciudades o emigraron a otros países.

Si te interesa podés mirar este precioso video que te muestra cómo los judíos vuelven a la tierra pero "de paseo", si pueden elegir se van donde pueden desarrollar mejor su intelecto, que no es precisamente en el área rural. Esta es sólo mi opinión.

Saludos.

http://www.youtube.com/watch?v=5K6nYCDpOTs