23 abril, 2008

Hijos del islam


No he podido sustraerme a la tentación de colocar como cabecera este texto que he encontrado en el blog alianzacivilizaciones.blogspot.com y que firma el blogger gravedadcuantica .Éste enfoca el tema de la infancia en el islam de una manera poco usual aunque bien reconocida, esto es, lo poco que el islam quiere a sus hijos. Me ha parecido tan certero y diáfano este análisis que, de tan sencillo, es de libro. Gentes como este blogger gravedadcuantica, el mismo blog de alianzacivilizaciones.blogspot.com ,otros que resultan imprescindibles como el de ana-ana2008.blogspot.com y tantos más que ahora no es preciso nombrar, pero que reconocemos enseguida, son los que hacen que aflore la verdad sobre una mentira montada sobre muchas mentiras más y que han servido para crear mitos falsos, afianzar esas mentiras hasta convertirlas en axiomas para mucha gente que no sabe, o quiere, leer más allá de su adoctrinamiento y para engrandecer ese islam donde se ha aferrado la izquierda apátrida y de forma inversamente proporcional envilecer la opinión que del judaísmo y del estado de Israel se ha generado entre la progresía mezquina de occidente. Estas son sus palabras:


"Cuando habla uno de niños tiende a crear un grupo humano a parte del resto. Un infante deja de serlo en el momento de hacerse adulto y comprender plenamente el resultado de sus decisiones y actos. Pero entonces ¿cuándo uno deja de ser niño?. Hay infinidad de personas en este mundo que merecerían la misma protección que se le da de un modo instintivo a la infancia. ¿Somos conscientes de que esos niños no forman un grupo distinto al de sus mayores?. ¿Alguien se dejaría matar por, por ejemplo, un niño de 12 años sólo porque es "inocente"?. Hay que asumir que pasado cierto umbral, hayan dejado de ser niños o no, esos seres humanos ya habrán quedado atrapados. Entonces qué sería adecuado, ¿raptarlos para reeducarlos, encerrar a los familiares y "amigos" que los adoctrinan, aceptar que es un derecho que sean educados así, qué?. Nosotros no entendemos la infancia como lo hacen en el islam lo mismo que éste no hace distingos entre religión y política. Según yo lo veo sus mayores ya han condenado a esos niños de por vida. Ellos son los que los asesinan y abandonan incluso antes de nacer. ¡Que diferentes son nuestras lágrimas de las de los islámicos!. Yo reformularía la frase:"podremos hacer la paz con los árabes cuando ellos dejen de odiar a sus hijos tanto como nos odian a nosotros".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Iojanan, gracias por tenerme siempre presnete.

Qué tema... todo ser que nace despierta el instinto maternal de protección y ternura, los animales son el mejor ejemplo y enseñan a sus hijos cómo sobrevivir, los animales! Los seres humanos damos más, no enseñamos a matar y morir ¿cómo podríamos...? Y les damos un sentido de la vida, yo crecí escuchando esta poesía de labios de mi madre, ¿tu sitio es el buen lugar para este mensaje?

SEMBRANDO

De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no sé si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:

—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.
—¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa?— dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

»Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

»Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.

Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».
Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
—«¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...»

Iojanan dijo...

Ana, quien es el autor..?? Ya se ha perdido el sentido de las cosas, nada se hace para lejos, todo es para lo inmediato, ya, ahora mismo.Sembrar árboles, o semillas que no veremos crecer es despreciado porque el resultado no es instantáneo,educar es lo mismo. Así nos va. Ana.

Anónimo dijo...

El autor es Marcos Rafael Blanco Belmonte. Intenté poner este comentario varias veces con alguna dificultad y salió éste sin el autor, cosa muy rara en mi, que siempre pongo todos los datos para que se pueda identificar al autor, ni me di cuenta que faltaba.

Así es, los hijos también son siembra y debe ser de la mejor...

MONMAR dijo...

Real como la vida misma... lo que se siembra tarde o temprano se recoge.
Saludos

Anónimo dijo...

que sabes tu de como criamos nosotros a nuestros hijos?yo he conocido a judios que no han querido darme la mano por ser un gentil(me paso en el kaiserstra"s"e de frankfurt)..viva la educacion judia!jeje..

Anónimo dijo...

texto demasiado fundamentalista, te obliga a elegir segun sus parametros.