Estrecho de Gibraltar
Nos están amenazando constantemente conque somos culpables de algo, que nuestras actitudes son ofensivas, que no tenemos derecho a consumir demasiada energía, esa que nos han obligado y nos obligan a gastar, y ahora como si de un caballo se hubiesen caído, se reconvierten en adalides del naturalismo, portadores de su antorcha y quieren llegar a creerse algo para lo que ellos nunca estuvieron preparados.
Nos dicen que el petróleo es malo, que lo será, pero es ahora cuando se dan cuenta que los grandes, los mejores y futuros negocios están en la ecología y estos listos se apuntan.
Se percatan que los molinos de viento de alta tecnología ya no son contaminantes visuales cuando descubren que sobre todo son fuentes de dinero fácil. Forman empresas dedicadas a eso, detestan las centrales nucleares porque seguramente no controlan del todo las conciencias, esas conciencias fáciles de manejar, tan fáciles como decantar un voto a la izquierda con la mentira como trasfondo. Es muy sencillo, todo muy sencillo.
Con la trampa tonta de la "sostenibilidad", que es algo que no se sabe muy bien qué es ni como se fundamenta, nos dicen que estamos acabando con la tierra, estos mismos que han escupido veneno sobre la naturaleza, estos mismos que jamás han ido a mirar una puesta de sol sin su coche al lado y sin saber mirar después si alguien ha dejado basura, o en el peor de los casos ignorándola, estos que se han apuntado al término cuando lo han escuchado tres veces en las televisiones afines.
Ahora estos cretinos nos quieren convencer que el futuro de la "sostenibilidad" está por los molinos de viento, qué digo molinos, torres, qué hablo de torres, megaartefactos insoportables a la vista y al paisaje, que no solamente son ofensivos sino que además los costearemos nosotros, los de a pie, los de infantería, mientras ellos, los políticos, seguirán gastando en coches oficiales, viajes en avión prescindibles, excesos insoportables y banalidades ya de por sí superfluas.
Resultará que con el pretexto de la "sostenibilidad" nos meterán esos megaartefactos por todas partes, en los lugares más recónditos, más perdidos, más virginales, nos acosarán con las plantas de energía solar, esa energía ruinosa, hasta que se harten de ganar dinero a nuestra costa y nos vuelvan a convencer que la energía nuclear es la más barata para el pueblo, que es al fin y al cabo el que la paga, ese pueblo al que luego manejan en las votaciones, lo llevan, lo traen, lo alimentan y luego... lo tiran. Vuelvo a lo mismo, todo es más fácil de lo que aparenta.
Los centrales eólicas o solares que se están montando en España son un gran negocio para unos pocos y desde luego ruinoso para el resto, porque si se llega a la demencial solución aportada por nuestro gobierno socialista de depender nuestro suministro energético sólo con energías "renovables ", el recibo, ese que a los muy ricos no les importa lo más mínimo y por lo tanto desprecian, ese recibo se multiplicaría cada mes más de un mil por cien y tendríamos que pagarlo los de siempre, incluidos los tontos útiles de la izquierda, los que votan con buena fe pero sin conocimiento de causa.
Siempre me creí un defensor de la naturaleza, fui un inocente que caí en Greenpeace cuando aún no era una multinacional, de eso hace muchos años, de Adena antes que se denominara WWW y limpié arroyos de mierda por mi cuenta, quité basuras de playas y discutí con cazadores que dejaban cartuchos de escopetas por miles y vienen estos listos a decirnos que el futuro es la ecología: el futuro será lo que queramos que sea.
Conozco grupos de izquierda que cuando salieron estos nuevos gigantescos molinos pataleaban de rabia e impotencia, ahora pasados los años y amansadas las fieras callan como corderos porque el dinero lo puede todo, lo que era infamante ahora es progreso.
Este si es el terrorismo ecologista, sabemos que están destruyendo la naturaleza contándonos cuentos mientras nos duermen, y cuando lo han conseguido se van a seguir sacando tajada porque saben que la mansedumbre de la izquierda es la mejor de todas las mansedumbres y la más fácil, solo se consigue con dinero, no hay que convencer a nadie.
En este momento la energía eólica es cara por la diferencia entre costo y beneficio, probablemente en un futuro no muy lejano no lo sea porque el petróleo se encarecerá y porque la tecnología habrá avanzado para hacerla menos costosa. Es decir, que forzar los tiempos en que se implemente esta solución quizá no sea lo más conveniente y esperar sería lo más razonable. Implementar este sistema si es carísimo no se justifica, sobre todo si el gobierno no inspira confianza.
No se puede cambiar un sistema económico a base de hundir a la base votante, si quieren modelos nuevos que se vayan implantando poco a poco, pero no a golpe de tambor como en una galera. Y encima se dicen progresistas. Asco me dan.